Mensaje Pascual 2019

RELIGIÓN. Publicamos a continuación el texto del mensaje del Obispo de San Francisco Sergio O. Buenanueva para el día de Pascua.


Bastante ensimismados para darse cuenta de Quién los había alcanzado en el camino, los peregrinos de Emaús, sin embargo, sienten crecer un deseo que los sacará del encierro. Y el deseo se hace súplica: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se acaba.” (Lc 24, 29).

Queridos hermanos y amigos:
En esta hora de nuestra Iglesia, de nuestra patria y de nuestra vida, también nosotros suplicamos a Jesús que no siga de largo, que entre a nuestro hogar y comparta la mesa…
Siempre que asoma la oscuridad de la noche, los fantasmas de nuestros miedos parecen cobrar vida. Y sabemos que el miedo no es buen consejero. Nos enceguece y paraliza.
Aquel Peregrino había sabido tener palabras certeras, luminosas y, sobre todo, que hacían arder por dentro, como cuando se reaviva un fuego mortecino. El solo hecho de caminar con ellos, incluso de interpelarlos por su torpeza; pero, sobre todo, de hablarles de Dios y sus planes, del Mesías y su Pascua, había hecho desvanecer todo fantasma y toda inquietud.
Un deseo grande había resucitado en sus corazones apesadumbrados. Renacía una esperanza.
¿Cómo no contar con él para la cena? Ese rito cotidiano es mucho más que alimentarse: si hay amistad, aunque sea insipiente, se transforma en encuentro que anima para seguir caminando.
¿Cumplirá el Peregrino el deseo-oración de los dos caminantes?
Sí y no. Entrará con ellos a la posada. Pero, al partir el Pan, desaparecerá ante sus ojos. Su Ausencia, sin embargo, lejos de causar tristeza, los transformará radicalmente y encenderá en ellos otro deseo: contar lo que han vivido por el camino.
¿Realmente ausente o con una Presencia más incisiva y personal?
El relato de Emaús nos hace comprender mejor lo que vivimos como discípulos: leídas con fe, las Escrituras nos hacen escuchar su voz potente y mansa; la Eucaristía compartida, nos alimenta con su amor hasta el extremo; los hermanos, especialmente los pobres, débiles y heridos, acercan a nuestra vida su rostro que vence toda indiferencia.
¡Jesús resucitado está en medio de nosotros! ¡Tenemos que decirlo a todos! ¡No lo podemos callar o esconder! ¡Hay que ponerse en camino! ¡Esta experiencia se tiene que hacer palabra, gesto, testimonio y compromiso de vida!
Jesús se sienta a nuestra mesa para avivar en nosotros el deseo de contar a los demás que Él ha vencido la muerte, está vivo y es la verdadera Esperanza del mundo.
Queridos amigos y hermanos: Les deseo, de corazón, que experimentemos el gozo de la Pascua; pero, sobre todo, que nos dejemos ganar por el impulso de querer contar lo que Dios nos ha hecho vivir: contar a Jesús, su Evangelio, su Esperanza…
La primera que ha cantado el Evangelio es María. Por eso, una vez más decimos: “Con vos, María, misioneros del Evangelio”.
21 de abril de 2019. Pascua del Señor
+ Sergio O. Buenanueva
Obispo de San Francisco